La premisa resulta un reto de sintaxis, por eso, me parece
justo contextualizar a mis 5 lectores
acerca de la razón de este escrito.
Sin más que la claridad conceptual de mi mano, considero
necesario hacer ajustes desde la metáfora ya que es allí donde se puede soñar,
quizá, la razón principal por la que este escrito este lleno de hipérboles y redundancias innecesarias, para el lector aficionado
a las normas, un pleonasmo tras otro sin mas fin que un juego, un juego de
palabrejas sueltas en consonancia con el golpe a golpe de ladrillo que es un
párrafo.
Hasta ahora no he dicho nada, y ¿hay que hacerlo? El decir,
el narrar, ¿describir con meticulosidad la cagadera pusilánime de un diario es
necesario para existir? Al parecer si, de eso se encargo la maestra Plath al
configurar el apogeo de la espera en un par de poemas, en un par de dolores, en
un par de armonías, en un par de sesgos, en un par de güevas, en un par de
huevos revueltos para su par de hijos y en un par de horas para terminar
ahogada con gas.
–
¿Pero que es esta mierda?-
–
Mierda, es lo que masticamos a diario con
sabores a conveniencia, lo que les voy a contar es una pulga de esperanza.
Hace un par de semanas o meses quizá, un par de zapatos tal
vez, me encontraba en el embeleso por la pedagogía del caos, un amor a primera leída,
solo bastaron dos miradas a los preceptos conceptuales y mi cerebro empezó a
saltar de manera incomoda en lo que debe ser la bóveda craneal, para terminar
en un espacio de clase, todo profundamente confuso, profundamente doloroso,
profundamente utópico, profundamente repetitivo, y repetitivo y profundo y
profundo, y repetitivo y doloroso y tan real. En este espacio de clase se puede
encontrar de manera descuidada con los estudiantes utópicos, dolorosos,
confusos pero no repetitivos de una Universidad Pedagógica de la Nación que no diré
el nombre por razones pat-eticas.
Estos chicos durante el espacio académico de algún lunes no
muy lejano, en algún descanso, después de compartir apreciaciones sobre el
caos, su constitución, la manera de conseguir simbiosis con el sistema
educativo, decidieron alentar de manera previsible, a dos compañeros, quienes después
de un partido de futbol, no encontraron mas forma de arreglar sus diferencias
de testosterona trancándose a los golpes, si, en esa Universidad Pedagógica de
la Nación, en una sede destinada al juego y al deporte, en la licenciatura de
recreación, en medio de la clase de introducción a la pedagogía, en mis
narices, debajo de mis barbas recién cortadas. Que tristeza, que decepción, dos de los
argumentos mas positivos de pensamiento del grupo cedieron a la irreflexiva
tradición del - ¿qué va a hacer? – Hagaló- (si con la tilde, porque esa entonación
es imposible de conseguir con la RAE).
En este punto cabe resaltar el gancho de derecha de uno de
ellos, ¡que potencia! pie contrario frente a él, genuflexión controlada, mano
izquierda sobre el pómulo correspondiente, y un giro de cintura propio de un
champetero conllevaron a un certero golpe en el ojo izquierdo de su
contrincante, majestuoso, una técnica depurada por la calle, una fortaleza de
puño comparable con el mazo de Thor, hincharon el pómulo del contrincante y mi
garganta, en primera instancia de admiración, y un segundo después en un perplejo
– ¿Heeeeey, que pasó aquí?- La pregunta mas estúpida que pude haber hecho
después de: ¿estas segura?.
Todo era obvio irrelevante, decepcionante, tan real y predecible
que te quita las ganas de vivir, las ganas de comer, las ganas de seguir en
esta tierra de mierda, pura mierda. Muchachos acabamos de hablar en clase sobre
el rol docente, inquirí en un jadeo apenas perceptible al oído humano, debo
confesar que en ése momento, mi vida se sostenía del dedo meñique en un
desfiladero sin fondo, para recibir el ultimo empujón. Queridos lectores quede
destrozado, el desfiladero si tenia fondo y eran lajas de cortantes, contundentes,
como solo pueden ser las rocas. Guarde silencio cuando los ánimos se
calmaron, mi aparente vocación educadora había sido también errónea, no tenia
nada, solo golpes y mas golpes y no lo podía soportar, terminé clase frente al
decano, con la vergüenza mas grande en mis hombros y una nube gris sobre mi
cabeza. Recordé a la maestra Plath, a Hemingway, a Virginia, a Valentí, y hasta a Caicedo, que
desesperación, ellos tan grandes en decidir hasta su final y yo casi término
bajo un transmilenio, que falta de estilo, decidí entonces guardar silencio, y
mas silencio, tanto como la mierda de la cotidianidad me lo permitiera.
Después de esto entendí el camino del caos, o ¿debo decir
los caminos?, las metáforas posibles viviendo en la naturaleza, el cuerpo que
habita en el arte, el silencio que
posibilitó la Epifanía, maldita Arte (La pedagogía del caos un espacio de
Re-creación artística, articulo en construcción), maldita vida que te ensañaste
conmigo para mostrarme la grandiosidad del inconformismo, el valor de la
indignación y la solución natural a los conflictos humanos, de-construcción
simbólica, algo que usted y yo hacemos a diario pero no le ponemos nombre y que
esta cada vez que nos permitimos soñar. Lo mejor de todo es que no está
terminado, todo esta en obra, las posibilidades son tantas como el caos
mismo, y aquí un ejemplo de ese devenir
de pensamiento.
El día de ayer en el espacio académico, invite a los
estudiantes que llevaran una almohada, aguja e hilo, remembrando una acción
artística de las épocas universitarias, plantee una almohadaton, en la que
destrozaran sus almohadas entre si, frente a los descuidados compañeros de la
sede principal de la Universidad Pedagógica de la Nación, el CAOS, aquello que
surge después de la catástrofe, el acontecimiento del mal, y el surgimiento de
las heterotopias, el No lugar, un espacio que existe pero es innombrable, más a
su vez es habitable solo por quienes lo construyen o destruyen, es metafórico, artístico, místico y simple,
tan simple… una vez terminada la actividad cada estudiante tomo aguja e hilo y
volvió a coser una almohada diferente a la suya.
Después de esto la discusión se llevo al plano del
pensamiento, de la reflexión, donde el diálogo se dispuso desde una sonrisa por
parte de todos, porque todos se fustigaron con las almohadas, todos jugaron,
todos se re-crearon, con un objeto que siempre disponemos para el descanso, para
la comodidad, para la suavidad, para el dormir … en palabras de una estudiante,
nos golpeamos con los sueños …
Confió entonces queden mas preguntas que respuestas, para
que nos golpeemos con nuestros sueños y no nuestras pesadillas …
todo está en obra, nada esta terminado, no hay imposibles.