domingo, 19 de octubre de 2014

De esas cosas y otras más.

Hace un tiempo las perras negras vienen asaltando las facciones del alma y convergen fuera de mi maquina de escribir para volver al etéreo mundo digital y es así en primera persona de nuevo, con la garganta casi hecha una ampolla por el galopar de los caballitos azules y los dedos torpes sobre el teclado, que el papel del canalla es aceptado por este simple mortal sucumbiendo a la noche y su inspiración.

El, la, los culpables son ustedes, los amigos, conocidos, transeúntes y recuerdos, familia, estoy acá para elevar honores a sus pesadillas y aterrizar los sueños, estoy acá para persignar la monotonía y confinar los miedos al tártaro. Ustedes con su infinita claridad, su persistente dignidad humana convocaron un ideal moderno de libertad a mis escritos. Ustedes son la gasolina que impulsa esta carrocería de latones golpeados y ventanales abiertos a la vida.

Es así que enuncio de manera tal vez descuidada los momentos que han dado respiro a la penumbra de la que solo puedes salir con re-creación.  Un tema que ya saben con insistencia la cantidad de neuronas que está ocupando mi vivir. Y es que es en el pensamiento donde se vencen las imposibilidades, donde los mundos son imaginados y las realidades se desdoblan para dar paso a la locura, esa locura de la que tantos hablan y tan pocos disfrutamos, esa que se volvió tan vacía, superflua y cotidiana. Esa que solo puedes vivir cada fin de semana, porque los otros días cumples horarios, cumples normas, entregas, lugares y personas, de vez en cuando sexo, de vez en cuando drogas, de vez en cuando mensajes por redes, de vez en cuando una película o un comer “rico” en compañía de falsedades, eso si es de manicomio, eso es de cárcel, eso es de muerte y se vuelve a repetir.

La locura que convido, es esa que ustedes, mi familia han compartido y agradezco: Montañas, comidas, caminares, cafés, tragos, bailares, desconocidos, re-conocidos, llamadas, aulas, una pared, galerías, seminarios, lugares comunes que se vuelven mágicos por la interacción que producen en medio de la cotidianidad y no tiene que ser viernes, es lunes o miércoles, es en la noche o en la madrugada, dura 5 minutos o tres días, respiros verdes que han hecho del alma y la imaginación un papel en blanco para la creación, historias de vida que han sobrecogido el espíritu hasta el punto del llanto, un llanto cómplice, libre, que no ata ni juzga, así como el amor que expresa un abrazo desinteresado, un se feliz, una cobija para el frio, un “cafecito”, un arroz atollado en un plato desechable mientras esperas bailar una puya a ritmo de tamboras, un guacamole excelso, un desayuno trancado en medio de un viaje por solo 3.000, un préstame que yo te presto, un no te preocupes ¿quien te esta pidiendo algo?, un flashmob sorpresa al finalizar una clase de estudiantes que son profesores y acabábamos de hablar de situasionismo y sus manos seguían el ritmo, y sus caras expresaban alegría y sus almas se alzaron en jubilo para llevarme a la conmoción y era sábado y era la tarde y yo no era yo y me sentía feliz y me sentía triste y me sentía único y me sentía en el camino y me sentía fuera de la vida, así como con cada uno de ustedes llegando a mi puerta con una libra de carne par que almorcemos o una gaseosa para que tomemos, o un vino para que me lo tome, o unas cervezas para escuchar música, una calidez que no tiene la “rumba”, una alegría que no es solo de fin de semana, una inspiración que no aleja, una verdad que construye, una expresión que no camufla el alma sino que libera, ilumina y da esperanza.


Que carajos, respirar el mundo del arte está mas allá de un cuadro, esta en sus casas, en sus caras, en sus manos, sus voces, sus dolores y sus alegrías, me han llenado de arte y no se como  agradecerlo, porque todos en su momento me han enseñado a vivir de nuevo en la alteridad, de nuevo en la letras, en los caminos, en los retozos, en los reproches, en los errores y claro en los lápices.  No se como agradecer que fui una piedra y recibí aliento de vida, y ustedes con su compartir, como a un niño que apenas tiene equilibrio me ayudaron a dar los primeros pasos de esta locura que es vivir con “style”, ustedes me llevaron a la salsa, a un “plones”, a unas fotos,  a planear unas clases, a compartir conocimiento, y de nuevo a la escritura, a un propósito que esta en construcción, y sé que es con ustedes y con los demás, con todos esos que están en la locura falsa, que se automatizan para el desenfreno y solo repiten modelos,  que son ñeros y gomelos, negros y blancos, de la costa y la capital, la locura real, te deja llenita el alma y eres diferente, y no necesitas dinero y no necesitas de un papel firmado y no eres casado, ni estas  en un trabajo que te consume, no estas amarrado, pero no estas solo, ni tienes hambre y eres genial porque compartes la locura, la locura es eso que llaman ser feliz. Gracias.





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