Hace un tiempo las perras negras vienen asaltando las
facciones del alma y convergen fuera de mi maquina de escribir para volver al
etéreo mundo digital y es así en primera persona de nuevo, con la garganta casi
hecha una ampolla por el galopar de los caballitos azules y los dedos torpes
sobre el teclado, que el papel del canalla es aceptado por este simple mortal
sucumbiendo a la noche y su inspiración.
El, la, los culpables son ustedes, los amigos, conocidos,
transeúntes y recuerdos, familia, estoy acá para elevar honores a sus
pesadillas y aterrizar los sueños, estoy acá para persignar la monotonía y
confinar los miedos al tártaro. Ustedes con su infinita claridad, su
persistente dignidad humana convocaron un ideal moderno de libertad a mis
escritos. Ustedes son la gasolina que impulsa esta carrocería de latones
golpeados y ventanales abiertos a la vida.
Es así que enuncio de manera tal vez descuidada los momentos
que han dado respiro a la penumbra de la que solo puedes salir con
re-creación. Un tema que ya saben con insistencia
la cantidad de neuronas que está ocupando mi vivir. Y es que es en el
pensamiento donde se vencen las imposibilidades, donde los mundos son
imaginados y las realidades se desdoblan para dar paso a la locura, esa locura
de la que tantos hablan y tan pocos disfrutamos, esa que se volvió tan vacía,
superflua y cotidiana. Esa que solo puedes vivir cada fin de semana, porque los
otros días cumples horarios, cumples normas, entregas, lugares y personas, de vez
en cuando sexo, de vez en cuando drogas, de vez en cuando mensajes por redes,
de vez en cuando una película o un comer “rico” en compañía de falsedades, eso
si es de manicomio, eso es de cárcel, eso es de muerte y se vuelve a repetir.
La locura que convido, es esa que ustedes, mi familia han
compartido y agradezco: Montañas, comidas, caminares, cafés, tragos, bailares,
desconocidos, re-conocidos, llamadas, aulas, una pared, galerías, seminarios, lugares
comunes que se vuelven mágicos por la interacción que producen en medio de la
cotidianidad y no tiene que ser viernes, es lunes o miércoles, es en la noche o
en la madrugada, dura 5 minutos o tres días, respiros verdes que han hecho del
alma y la imaginación un papel en blanco para la creación, historias de vida
que han sobrecogido el espíritu hasta el punto del llanto, un llanto cómplice,
libre, que no ata ni juzga, así como el amor que expresa un abrazo
desinteresado, un se feliz, una cobija para el frio, un “cafecito”, un arroz
atollado en un plato desechable mientras esperas bailar una puya a ritmo de
tamboras, un guacamole excelso, un desayuno trancado en medio de un viaje por
solo 3.000, un préstame que yo te presto, un no te preocupes ¿quien te esta
pidiendo algo?, un flashmob sorpresa al finalizar una clase de estudiantes que
son profesores y acabábamos de hablar de situasionismo y sus manos seguían el
ritmo, y sus caras expresaban alegría y sus almas se alzaron en jubilo para
llevarme a la conmoción y era sábado y era la tarde y yo no era yo y me sentía
feliz y me sentía triste y me sentía único y me sentía en el camino y me sentía
fuera de la vida, así como con cada uno de ustedes llegando a mi puerta con una
libra de carne par que almorcemos o una gaseosa para que tomemos, o un vino
para que me lo tome, o unas cervezas para escuchar música, una calidez que no
tiene la “rumba”, una alegría que no es solo de fin de semana, una inspiración
que no aleja, una verdad que construye, una expresión que no camufla el alma
sino que libera, ilumina y da esperanza.
Que carajos, respirar el mundo del arte está mas allá de un
cuadro, esta en sus casas, en sus caras, en sus manos, sus voces, sus dolores y
sus alegrías, me han llenado de arte y no se como agradecerlo, porque todos en su momento me
han enseñado a vivir de nuevo en la alteridad, de nuevo en la letras, en los
caminos, en los retozos, en los reproches, en los errores y claro en los
lápices. No se como agradecer que fui
una piedra y recibí aliento de vida, y ustedes con su compartir, como a un niño
que apenas tiene equilibrio me ayudaron a dar los primeros pasos de esta locura
que es vivir con “style”, ustedes me llevaron a la salsa, a un “plones”, a unas
fotos, a planear unas clases, a
compartir conocimiento, y de nuevo a la escritura, a un propósito que esta en
construcción, y sé que es con ustedes y con los demás, con todos esos que están
en la locura falsa, que se automatizan para el desenfreno y solo repiten
modelos, que son ñeros y gomelos, negros
y blancos, de la costa y la capital, la locura real, te deja llenita el alma y
eres diferente, y no necesitas dinero y no necesitas de un papel firmado y no
eres casado, ni estas en un trabajo que
te consume, no estas amarrado, pero no estas solo, ni tienes hambre y eres
genial porque compartes la locura, la locura es eso que llaman ser feliz.
Gracias.
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