lunes, 30 de julio de 2012

Un día de estos los voy a matar a todos…


¿Qué pasaría si tuviera un changon en mis manos?, le llamaría margarita y le tomaría suavemente como una caricia leve sobre su gatillo con mi índice derecho, aceptaría gentilmente su culata con mi mano izquierda y descargaría mis desazones en las piernas que se preparan en un Angulo de 45 firme, soltaría las desesperanzas en un impulso maniático de halar, para entregar mis decepciones y contrariedades en los perdigones de metralla que saldrían de la boca de mi margarita; lo desencadenado seria una perfecta pieza de action painting en la pared inmaculada de errores y contiendas, contendría una fuerza única que ni el mismo Pollok en sus mejores épocas de 7 sentidos habría logrado, el rojo vibrante escurriendo a la par de pedacillos de vísceras y huesos por todos los rincones del alma, y la satisfacción de acabar con unos cuantos idiotas cómodos y delirantes en su propia porquería de estatus quo, o aquellos que entienden de la vida un golpe de suerte, o aquellos que prefieren la tranquilidad de lo conocido a la aventura de vivir, o seguramente depositaria con impacto malevo todas mis angustias en los patos del lago de montes, para después recoger sus plumas y hacerme una almohada de restos y despojos … serian momentos alegres y poderosos, tristes y trastornados, viles y conscientes, con una sonrisa en mi rostro y una lagrima en el alma pero con la impacividad de soplar el cañón de mi changon y decirle, ¡quieta margarita!

Tranquilos no tengo un changon, ni me creo asesino en serie, ni soy malo ni vil, no tengo agallas como para matar a alguien, ni tengo huevos como para sonreír mientras alguien agoniza con mi descarga, pero que bien seria conocer a alguien tanto como al apuñalearlo, así como lo dice el guasón de manera vehemente y desafiante; contener toda la pasión desgarradora en un solo puñal con el que se arremete sobre la humanidad de él o ella, que solo sienta el penetrar sutilmente hasta el hígado y el escurrir tibio de una gota por su costado, susurrarle al oído: hola hermosa o tal vez … te dije que te iba a encontrar y constreñir con un giro seco de la muñeca los intestinos de la víctima, tal vez una lagrima de parte de él o ella o mía por la complicidad que implica asesinarle de manera tan intima, la respiración que se acelera justo antes del final, cual orgasmo sublime, de muerte y dolor y sollozos y cobardía y angustias y dolores y perdones y olvidos y recuerdos y toda esa porquería que nos han enseñado para entender lo que es sufrir y vivir …

Está bien lo reconozco no tengo un puñal ni el pulso tan firme como para hacerlo, soy cobarde y simplemente me imagino como león, en el perfecto asesino, impasible e inhumano, frio y calculador, con solo una planta como compañía y tirantes que levanten mis pantalones hasta los tobillos para no parecer más que un ser normal, pero no lo soy, no soy asesino ni frio ni calculador, aunque algunos y más específicamente algunas lo crean, no soy bueno ni malo, no soy yo quien creen, ni soy quien quiero, no soy feliz ni soy triste, no soy amargado ni mágico, no tengo angustias verdaderas ni conveniencias falsas, soy viento, no se mi forma ni quien soy pero sé que existo y aun así quiero matarlos a todos, preciso a mi me toco ser como yo … amo la humanidad pero me revientan las personas (Quino 2008).

¿Y qué tal si fuera una bomba la que solucionara todo Dianita? Es tu idea, en realidad esa solución me la han dado dos personas más, pero solo tu tendrías los pantalones y los ovarios para detonarla, así acabaríamos con tantos prospectos de putas y e hijos de puta, de perezosos y farsantes que no merecen la vida porque solo saben fumársela o tirársela entre los sofás de una casa estudio, acabar con los que creen que la biblioteca es un lugar para el sueño en vez de donde se alimentan los sueños, acabar de un solo impacto con la putrefacción de la corrupción y de las deslealtades, dar por finiquitado el existir de todos los que hemos amado y dañado y de los que se dedicaron a no amar, de un solo click con tu pulgar sobre la carita feliz de nirvana, activarías la explosión que me inmolaría con todos los desgraciados del existir … así me iría feliz porque tuve una sonrisa de satisfacción en tu rostro …y claro abrazaría a quien quisieras para asegurarnos que murió … y que al fin un día de estos cuando me haya aburrido, los he matado a todos.

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